La inmunidad diplomática es un principio del derecho internacional por el cual ciertos oficiales del gobierno extranjeros no están conforme a la jurisdicción de cortes locales y de otras autoridades. El concepto de la inmunidad comenzó con las tribus antiguas. Para intercambiar la información, se permitió a los mensajeros viajar de tribu a tribu sin el miedo del daño. Los protegieron incluso cuando trajeron malas noticias. Hoy, la inmunidad protege los canales de la comunicación diplomática eximiendo a diplomáticos contra la jurisdicción local de modo que puedan realizar sus deberes con libertad, independencia, y seguridad. La inmunidad diplomática no es para beneficiar a individuos personalmente; es para asegurarse de que los funcionarios extranjeros pueden hacer sus trabajos. Bajo concepto de la reciprocidad, los diplomáticos asignados a cualquier país en el mundo se benefician igualmente de inmunidad diplomática.