Hace unos días un fiel lector de mis artículos sobre diplomacia me exhortó que escribiera una líneas que sirvieran de orientación para quienes asumen nuevas responsabilidades como embajadores, cónsules o funcionarios diplomáticos en el exterior. Me pareció oportuna la recomendación tomando en cuenta que indudablemente no todos los nuevos funcionarios poseen el tiempo para dedicarle dos años a la escuela diplomática, ni el curso resumido de “actualización”, que se imparte a los recién nombrados, cumple para obtener la preparación necesaria hacia desempeñar exitosamente sus responsabilidades diplomáticas, y mas confuso aun, algunos de estos ingresan por primera vez al Servicio Exterior.